El tablero está puesto. Las fichas se preparan y poco a poco se hace más evidente que la espiral de tensiones irresueltas desencadenarán en violencia. Bolivia se prepara para vivir momentos de altísima confrontación de regiones.
Como principal escenario, hasta hace pocos días, estuvo Sucre. La capital del país decidió expulsar al Gobierno nacional. Ahora Sucre no tiene policía, no tiene instituciones gubernamentales, no tiene Estado. Sucre venció, a la vez, a un Estado resquebrajado y que busca una nueva construcción. En la capital chuquisaqueña quedan los bancos, la seguridad privada y las autoridades del Comité Interinstitucional.
¿Cómo hará el Gobierno para ingresar nuevamente en Sucre?
Esta es una pregunta por demás válida, ya que esa ciudad no puede quedar sin resguardo policial y sin representación gubernamental.
Existen, por lo tanto, dos vías para retomar Sucre. Una de ellas es la concertación. Esa vía requiere que la institución policial decida ofrecer la paz a los habitantes sucrenses y rendirse ante ellos. Esto no debe ser muy complicado, ya que en los cuatro días de batalla los policías perdieron.
La segunda vía es la toma militar de la ciudad. Esto requiere desplegar un gran contingente de efectivos para tomar la ciudad y garantizar la presencia estatal dentro de los confines de Sucre. Esta vía es la de la confrontación y traerá más sangre.
Mientras esto se debate en los foros gubernamentales y en las oficinas de palacio, el Gobierno de Morales pierde poder de convocatoria en otros departamentos y los mandamases de la media luna ganan espacios mediáticos y populares.
Al continuar la espiral de descrédito que vive el Gobierno, Santa Cruz se hace más fuerte. Esto será aprovechado por los cruceños, que iniciarán medidas de acción en el departamento y a la vez se apoyarán y apadrinarán nuevas medidas en otras regiones del país.
Pero en Santa Cruz también existe oposición al ´status quo' prefectural-privado. Los grupos de poder emergentes en provincias (léase San Julián y Yapacaní) serán los encargados de alzar su voz frente a las posturas cruceñistas. Ése es el segundo espacio que se vislumbra.
Desde ayer a las 21:00 campesinos de Yapacaní iniciaron un bloqueo en la carretera que une a Santa Cruz con el resto del país. Hasta hoy al mediodía ya sumaban más de cien los camiones y buses de transporte varados a causa de esta medida de presión.
Mientras tanto, hoy en la ciudad se espera la realización de una misa popular en las afueras de la catedral. En este sentido, el clero ya ha expresado su postura frente a la situación actual del país. A la vez, el paro de mañana y el inicio de una huelga de hambre el tres de diciembre se presentan como campañas de incitación. Desde círculos cruceñistas llega la información de que se prepara un nuevo gran cabildo para mediados de diciembre. ¿Qué se decidirá en ese encuentro? Pues lo que tanto se ha anunciado desde Santa Cruz de la Sierra:
desconocimiento a la nueva CPE,
aprobación del estatuto autonómico
y declaración de Autonomías Departamentales de Facto.
Esto forma parte del plan ideado desde el departamento. Para mayor información pueden ingresar al link: ver
El día del cabildo será el día de la venganza. Chiquitos y Guarayos tienen una deuda pendiente con San Julián y esa jornada puede traer nuevos escenarios de violencia. Esto en referencia al enfrentamiento que se produjo el 15 de diciembre de 2006 antes de la realización del llamado 'cabildo del millón'.
Este escenario sólo puede perjudicar a un actor: el Gobierno nacional.
Es obvio que desde el oriente se busca la desestabilización y a la vez se debe admitir que los trabajos de boicot, tanto en Congreso como en sectores cívicos han sido productivos y les dan buenos resultados a los opositores.
Sólo queda una interrogante: ¿cómo reaccionará el Gobierno ante estas provocaciones? ¿Sabrá el oficialismo dirigir a los sectores hacia el camino del consenso y la paz? ¿Será posible que tras tanta violencia y resquebrajamiento estatal se puede llegar a una alianza de clases y regiones?
Como principal escenario, hasta hace pocos días, estuvo Sucre. La capital del país decidió expulsar al Gobierno nacional. Ahora Sucre no tiene policía, no tiene instituciones gubernamentales, no tiene Estado. Sucre venció, a la vez, a un Estado resquebrajado y que busca una nueva construcción. En la capital chuquisaqueña quedan los bancos, la seguridad privada y las autoridades del Comité Interinstitucional.
¿Cómo hará el Gobierno para ingresar nuevamente en Sucre?
Esta es una pregunta por demás válida, ya que esa ciudad no puede quedar sin resguardo policial y sin representación gubernamental.
Existen, por lo tanto, dos vías para retomar Sucre. Una de ellas es la concertación. Esa vía requiere que la institución policial decida ofrecer la paz a los habitantes sucrenses y rendirse ante ellos. Esto no debe ser muy complicado, ya que en los cuatro días de batalla los policías perdieron.
La segunda vía es la toma militar de la ciudad. Esto requiere desplegar un gran contingente de efectivos para tomar la ciudad y garantizar la presencia estatal dentro de los confines de Sucre. Esta vía es la de la confrontación y traerá más sangre.
Mientras esto se debate en los foros gubernamentales y en las oficinas de palacio, el Gobierno de Morales pierde poder de convocatoria en otros departamentos y los mandamases de la media luna ganan espacios mediáticos y populares.
Al continuar la espiral de descrédito que vive el Gobierno, Santa Cruz se hace más fuerte. Esto será aprovechado por los cruceños, que iniciarán medidas de acción en el departamento y a la vez se apoyarán y apadrinarán nuevas medidas en otras regiones del país.
Pero en Santa Cruz también existe oposición al ´status quo' prefectural-privado. Los grupos de poder emergentes en provincias (léase San Julián y Yapacaní) serán los encargados de alzar su voz frente a las posturas cruceñistas. Ése es el segundo espacio que se vislumbra.
Desde ayer a las 21:00 campesinos de Yapacaní iniciaron un bloqueo en la carretera que une a Santa Cruz con el resto del país. Hasta hoy al mediodía ya sumaban más de cien los camiones y buses de transporte varados a causa de esta medida de presión.
Mientras tanto, hoy en la ciudad se espera la realización de una misa popular en las afueras de la catedral. En este sentido, el clero ya ha expresado su postura frente a la situación actual del país. A la vez, el paro de mañana y el inicio de una huelga de hambre el tres de diciembre se presentan como campañas de incitación. Desde círculos cruceñistas llega la información de que se prepara un nuevo gran cabildo para mediados de diciembre. ¿Qué se decidirá en ese encuentro? Pues lo que tanto se ha anunciado desde Santa Cruz de la Sierra:
desconocimiento a la nueva CPE,
aprobación del estatuto autonómico
y declaración de Autonomías Departamentales de Facto.
Esto forma parte del plan ideado desde el departamento. Para mayor información pueden ingresar al link: ver
El día del cabildo será el día de la venganza. Chiquitos y Guarayos tienen una deuda pendiente con San Julián y esa jornada puede traer nuevos escenarios de violencia. Esto en referencia al enfrentamiento que se produjo el 15 de diciembre de 2006 antes de la realización del llamado 'cabildo del millón'.
Este escenario sólo puede perjudicar a un actor: el Gobierno nacional.
Es obvio que desde el oriente se busca la desestabilización y a la vez se debe admitir que los trabajos de boicot, tanto en Congreso como en sectores cívicos han sido productivos y les dan buenos resultados a los opositores.
Sólo queda una interrogante: ¿cómo reaccionará el Gobierno ante estas provocaciones? ¿Sabrá el oficialismo dirigir a los sectores hacia el camino del consenso y la paz? ¿Será posible que tras tanta violencia y resquebrajamiento estatal se puede llegar a una alianza de clases y regiones?
Autor: José Andrés Sánchez – Periodista
Edad: 26 años
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